viernes, 21 de mayo de 2010

Diego Torres: "No me siento condicionado a nada"

Con disco nuevo, después de cuatro años. Dice que con "Distinto" buscó un sonido más rockero. Clarín compartió una gira promocional con él por Córdoba y Rosario, en su avión privado. Familia, amor, hijos, política, de todo habló el cantante.

Buenos Aires, ocho de la noche del lunes 17 de mayo en el Aeropuerto de San Fernando. La banda espera por el cantautor que llega unos minutos más tarde de lo previsto acompañado por su bella mujer. Diego Torres reparte besos, chistes y abrazos. Tiene un aura de buena vibra y la contagia. Nos espera un avión privado en la pista y una intensa jornada de promoción de su nuevo trabajo, Distinto, al día siguiente. El álbum se hizo esperar cuatro años, pero en honor a su nombre, llegó con nuevos y buenos aires. En pocas semanas se convirtió en el número uno de las radios de los Estados Unidos, algo que no le pasaba a un artista argentino desde hace cuarenta años. ¿La clave? Que se animó a coquetear con nuevos géneros como el hip hop, que sin vestirse de cuero hizo una apuesta más rockera, que cambió de compañía discográfica -Universal- y que construyó nuevas e inesperadas sociedades musicales con La Mala Rodríguez de España, Yotuel del grupo Orishas de Cuba y Kevin Johansen. Nuevos estilos para la esencia de siempre.

En el avión la charla gira en torno al fútbol. Tema esencial de todo hombre a menos de un mes del mundial. Diego Torres habla con fascinación de Lionel Messi, cree en Maradona y espera que la Selección pueda taparle la boca a unos cuantos "No quiero ser maleducado, pero yo ya los tendría a todos juntos para que empiecen a hacer fútbol, para que se conozcan y los llevaría lo antes posible a Sudáfrica. El desafío de Diego es llevar al frente este grupo. Tácticamente y humanamente". ¿Somos campeones? "Paso a paso, como dijo Mostaza Melrose", bromea.

Luego de aterrizar en Córdoba, dormir y desayunar se sale temprano para la radio Cadena 3 donde lo recibe Mario Pereyra preguntando en cordobés puro: "¿Está bien tu papi?". Diego responde: "Sí, por suerte el gordo está mejor. Ayer estuve mimándolo un poco, comiendo con él. Desde el 2008 que viene ya con un ataque cerebro vascular, estas cosas pasan cuando la salud está frágil, pero está bien, con mucho cariño que es lo importante. Yo estaba en México, y cuando me enteré lo que estaba pasando me tomé un avión".

Sigue la gira con una conferencia de prensa -con mini show- al mediodía donde dirá que el tiempo de espera de su nuevo disco fue necesario desde lo personal para estar cerca de su familia, sus amigos y parar un poco. Parrilla mediante, volamos a Rosario a repetir la secuencia de conferencia-show que ayer se repitió en Capital.

Aterrizamos con el sol del atardecer y partimos rumbo a un nuevo evento. El ritmo es intenso, y a pesar de todo la sonrisa es inquebrantable. "No me gusta la histeria, busco relacionarme con la gente desde otro lado, de más complicidad", dice y firma el enésimo autógrafo del día. "¡Diego una foto acá!". Más otra foto allá. No para.

Casi sobre la hora de volver tenemos un momento de intimidad para charlar algunas cuestiones más íntimas, musicales y personales. Diego nombrará entre sus artistas favoritos a Jason Mraz, Colbie Caillat, James Morrison, Jamie Cullum con el atributo central puesto en los pianos, las guitarras acústicas y las voces calmas al servicio de lindas canciones. "Me gusta volver a la raíz, a lo acústico, a la esencia de la canción. The Police que es mi grupo favorito, Bob Marley, la música brasileña... Escucho de todo, de acuerdo a lo que me pida mi alma en ese momento".

Te hiciste famoso como un artista de televisión, con un público cautivo principalmente femenino, ¿Te condicionó eso a la hora de componer?¿Siempre hiciste lo que te gustaba o pensabas en eso?
Sinceramente, nunca me sentí condicionado para nada, no me hubiera atrevido a hacer un montón de cosas. Me gusta romper los prejuicios típicos argentinos. En el resto de América no es así. El arte es arte, no me siento condicionado a nada. Hago la música que siento con mucha libertad.
Vas rumbo a los cuarenta, suele ser una etapa de reflexiones, ¿cómo te encuentra este momento?
La experiencia suma y los kilómetros no son al pedo. No ves las cosas igual que a los veinte. Busco equilibrio, tranquilidad en casa. Es un poco como el reposo del guerrero cuando vuelvo de las giras.

¿Te gustaría tener hijos?

Yo creo que sí, que alguna vez me gustaría, como el perro después de tanta vuelta que da, me gustaría echarme y empezar ese proyecto. Pero no me desespero y sé que cuando tenga que ser, va a ser.

¿Qué atributos destacás en una mujer para elegirla?

Lógicamente que lo principal empieza por los ojos, te tiene que gustar, para mí es muy importante el sentido del humor, la inteligencia, el equilibrio, que lo que escuchás te gusta y lo que ella escucha también. Los silencios, la convivencia. En ese sentido, Débora es una gran compañera.
Nos encontramos el punto. Compartimos desde salir a correr, jugar al tenis, libros, pelis. Tenemos nuestros espacios, sabe que los sábados me gusta jugar al fútbol con los pibes, o que por ahí me junto con los amigos del colegio a comer un asado y sabe que por ahí nos quedamos jugando a las cartas o tomando algo y eso me permite recuperar esa energía de cuando era más chico. Esas cosas me hacen muy bien, y creo que ella también se siente cómoda conmigo.

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